Cocinas de diseño italiano: estilo, artesanía, funcionalidad e innovación.
El diseño de muebles italianos de cocina combina estilo, artesanía excepcional, atención al detalle, innovación y funcionalidad para crear piezas que son admiradas y buscadas en todo el mundo. El mercado del mueble italiano, continúa su expansión gracias a su gran prestigio internacional, y si nos centramos en el diseño de interiores y, concretamente, en el sector de las cocinas, el Made in Italy es uno de los focos de tendencia más importantes por su elegancia, calidad y creatividad. Algo tienen las cocinas de diseño italianas que enamoran a todos, cosa que hace que año tras año las cifras demuestran el potencial de la industria italiana en este sector, tal y como podemos apreciar en este interesante reportaje de la revista Cocinas y Baños.
Las cocinas de diseño italiano se han ganado una reputación mundial por su elegancia, sofisticación y calidad artesanal. Algunas características que contribuyen a su popularidad incluyen:
- Estilo y estética únicos: las cocinas de diseño italiano se distinguen por su estética distintiva, que a menudo combina líneas limpias y elegantes con elementos innovadores y vanguardistas. Los muebles de cocina italianos suelen tener un aspecto contemporáneo y atemporal que se adapta tanto a espacios modernos como clásicos.
- Artesanía excepcional: Italia tiene una larga tradición de excelencia artesanal en la fabricación de muebles de cocina. Los artesanos italianos son conocidos por su habilidad para trabajar con una variedad de materiales, desde madera y metal hasta vidrio y cuero, para crear piezas de calidad excepcional.
- Atención al detalle: Los diseñadores de cocinas prestan especial atención a los detalles, desde la selección de materiales hasta los acabados finales. Cada elemento de un mueble italiano está cuidadosamente considerado y diseñado para combinar funcionalidad con belleza.
- Innovación y experimentación: Italia ha sido históricamente un líder en innovación en diseño de muebles de cocina. Las empresas de mobiliario de cocinas italianos están constantemente buscando nuevas formas de expresión y experimentando con nuevas técnicas y materiales para crear muebles únicos y emocionantes.
- Versatilidad y funcionalidad: Los muebles italianos de cocina a menudo se caracterizan por su versatilidad y funcionalidad. Muchas piezas están diseñadas para adaptarse a diferentes espacios y necesidades, lo que las hace ideales tanto para hogares residenciales como para espacios comerciales.
En resumen, el diseño de muebles italianos de cocina combina estilo, artesanía excepcional, atención al detalle, innovación y funcionalidad para crear piezas que son admiradas y buscadas en todo el mundo.
Cocinas de diseño italiano: sofisticación al cuadrado
COCINAS Y BAÑOS
Los muebles de diseño italiano son como un lienzo en blanco en el que se puede jugar con la distribución, la incorporación de los elementos, los materiales y los colores sin que nada desentone y guardando una coherencia. La última palabra la tiene el cliente, quien elige, a partir de los componentes expuestos, cómo colocarlos para hacer que el proyecto sea su seña de identidad.
El mercado de las cocinas de diseño italiano parece que se ha recuperado tras desplomarse durante la pandemia. En 2021 ya empezó a vislumbrarse algo de luz en los datos después de que se registrase una producción de 1.849 millones de euros. Al año siguiente (2022) esta cifra mejoró todavía más sus resultados al incrementarse un 8% y obtener 148 millones más que en 2021, llegando hasta los 1.997 millones. En lo que respecta a las importaciones ocurre algo similar, ya que han aumentado casi un 7%, pasando de los 43 a los 46 millones. Y las exportaciones tampoco se quedan atrás después de que el valor se haya situado en los 950 millones de euros, lo que se traduce en un 9% más que el periodo que le precede. A pesar de esta época de bonanza, hay que mirar estos datos con cierta cautela porque no se pueden perder de vista los factores económicos que vienen acechando la economía desde bien avanzado el 2023, dominados por los precios desorbitados de la energía, el alto coste de los materiales y la contracción del gasto en el ámbito del hogar debido a la elevada inflación, que todos ellos unidos hacen que los consumidores se lo piensen dos veces antes de renovar sus cocinas y que los fabricantes busquen nuevas fórmulas para captar su atención y alternativas para lograr ser más respetuosos con su entorno.
En este sentido, «las empresas italianas fabricantes de muebles de cocina priorizan la inversión en investigación e innovación de productos (Informe de Previsiones del CSIL sobre el sector italiano del mueble, Nov. 2022), aprovechando, entre otras, las oportunidades derivadas de la transición digital y la sostenibilidad», según se ha hecho eco interzum forum Italy. Asimismo, también informan de que en una encuesta realizada por CSIL (Centro Studi Industria Leggera) se pone de manifiesto que «el componente ecológico ya desempeña un papel importante para la mayoría de los fabricantes italianos de muebles, que están invirtiendo cada vez más en la producción sostenible y el desarrollo de productos respetuosos con el medioambiente. Sin embargo, otros factores también contribuyen a la capacidad de la industria para mantenerse eficientes». En este sentido, el informe apunta que “los materiales, las superficies y los acabados son cada vez más importantes en la producción de muebles y, por lo tanto, se están convirtiendo en la identidad única del diseño de alta calidad italiano”.
Resilencia y Transformación de los espacios
Pese a lo expuesto, la capacidad de resiliencia de usuarios y compañías para capear el temporal adaptándose a la nueva situación es digna de aplauso. No en vano, ya se demostró una vez dejada atrás la pandemia y ahora se vuelve a manifestar con la incertidumbre en el precio de la energía y de los bienes de primera necesidad.
Con todo, durante la etapa de restricciones por el alto repunte de contagios debido a la aparición del Covid, los residentes se dieron cuenta de que tenían que transformar sus hogares para conseguir que estos fuesen más confortables y habitables con el fin de que dejasen de ser entendidos como lugares de paso en los que comer y descansar tras la jornada laboral. Las cocinas fueron una de las estancias en las que se notó más esta evolución, pasando a convertirse en espacios abiertos, conectados a otras zonas comunes de la vivienda, donde se pudiese preparar los alimentos e, incluso, trabajar, estudiar y socializar.
De este modo, los tabiques fueron derribados, la luz natural se abrió paso, se garantizó la libertad de movimientos y se modificó la distribución del mobiliario y de los electrodomésticos. Por su parte, el almacenaje cobró un mayor peso para ganar en funcionalidad, contribuir a la optimización de las tareas y lograr un orden total. Y, como era de esperar, los fabricantes tomaron nota de todos estos requisitos y demandas para dar rienda suelta a sus diseños.
Cocinas de diseño italiano con clase
Cuando nos referimos a los muebles de diseño italiano nos vienen a la cabeza palabras como vanguardia, sofisticación, gusto refinado, elegancia y modernidad. Sus propuestas son un fiel reflejo de las últimas tendencias que florecen en el mercado, mientras que el arte compositivo se deja en manos del cliente, puesto que se ofrecen diferentes propuestas sobre un mismo diseño y él las convierte en suyas dándole su toque personal, cambiándole los materiales, acabados o elementos que las componen. Los espacios culinarios que cuentan con el sello Made in Italy se caracterizan por ser de gran amplitud, estar abiertos a otras estancias como el salón o el comedor, son muy luminosos y están muy bien aprovechados. En líneas generales, la madera y el gres porcelánico, el uso del cristal en las vitrinas, el acople de la barra snack a la encimera, la iluminación integrada en el mobiliario, las columnas de almacenaje, las estanterías y la isla central con campana de techo o superficie de cocción con extractor integrado son los recursos que más se repiten. Los frentes lisos conviven con las puertas enmarcadas (que tan de moda se encuentran), la ausencia de tirador es la apuesta dominante, pero hay firmas que optan por empotrarlo en la parte externa del mobiliario, por colocar los modelos longitudinales y en forma de asa tanto en vertical como en horizontal en una misma composición o por añadir a la puerta un canto superior biselado o ligeramente inclinado. Los frentes lisos se combinan con los acanalados y los lacados mate o brillo se hacen notar.
Amplia gama cromática
La paleta cromática va desde el blanco impoluto, pasando por el verde y su frescura, el gris y su fácil combinación hasta llegar a la elegancia personificada representada por el negro. El estilo industrial no solo viene dado por los detalles en negro, las estanterías o los tiradores metálicos o las vitrinas, sino que es posible reproducir esta estética con las cocinas fabricadas en acero inoxidable. Cuando la luz incide sobre ellas, un juego de reflejos se hace visible. Hay marcas que permiten al consumidor contar con una cocina digna de un chef profesional en su residencia particular, como el modelo MIA de Scavolini. Estas están equipadas con una isla con zona de cocción y una encimera de dimensiones pronunciadas, una o dos zonas de lavado, un amplio espacio para la preparación de alimentos, puertas con tiradores dorados o sin ellos, un refrigerador aparte o integrado en el módulo, un horno y múltiples compartimentos de almacenaje. Modelos como estos y con efecto espejo pueden colocarse al aire libre porque son resistentes a los cambios bruscos de temperatura o a la corrosión, son fáciles de limpiar e higiénicos y pueden contar con las comodidades de un espacio tradicional al estar dotados con aparatos que están indicados para su uso en exteriores (barbacoas), como el modelo Formalia de Scavolini. Su preocupación por la sostenibilidad es evidente, hecho que se deja ver mediante las puertas fabricadas en el material ecológico PET, el uso de materiales reciclados, la madera certificada, la piedra natural o la preferencia por la luz natural combinada con la iluminación LED.
El engranaje perfecto
La disposición lineal con muebles altos y bajos con un anexo de barra snack en uno de los laterales, sin isla y con un armario en columna en el que están integrados los electrodomésticos, se hace visible. Con esta composición se puede cocinar, pero también interactuar con los comensales o trabajar estando en contacto directo con el cocinado. La idea de que la mesa se conecte con la encimera se puede trasladar a la distribución en isla, en la que el elemento central concentra la parte gruesa del ritual de cocción (fregadero, placa de cocción, campana extractora colgante o incorporada en la placa y superficie de trabajo). Detrás de este se sitúa el armario de almacenaje con el horno, la vinoteca y la nevera añadidos.
Múltiples variantes
Así, la mesa rectangular es sustituida por una redonda. La zona de aguas y la que contiene la cocina se separan: la segunda se queda en la isla y la primera se coloca en uno de los laterales. Encima de ella se ubican las vitrinas retroiluminadas que almacenan el menaje. Otra solución que brindan los fabricantes es que la barra establezca una comunicación directa con la encimera de cocción, de modo que una vez que estén listos los platos sean servidos al instante y, en los momentos previos a que esto suceda, el cocinero pueda entablar conversación con los invitados que, a su vez, gozan de unas vistas privilegiadas al proceso de cocinado. Esta irá enfrentada a la placa de inducción o a medio camino entre el fregadero y el área en la que se preparan los alimentos: así, el hueco libre entre ambos escenarios quedará cubierto por un tablero que hará de lugar de encuentro para comer, pero también servirá como punto central de elaboración del producto (cortar ingredientes, amasar, emplatar, etc.). En caso de que no haya espacio físico para instalar dicho elemento, la encimera haría de mesa y las sillas irían colocadas unas enfrente de otras o se reservarían a una de las esquinas.
Por su parte, las vitrinas quedan relegadas (la mayoría de las veces) a la parte superior y sus cristaleras cuentan con un acabado ahumado o transparente, pero no tienen por qué ocupar toda la longitud del mueble, pudiendo combinarse con una estantería o, directamente, eliminar la pieza anterior y apostar por la estantería a todo largo y de arriba abajo. En ocasiones, la vitrina se traslada al frente de la isla o se ubica sobre la encimera del mueble que va adherido a la pared. El contraste visual es evidente: encimeras de mármol blanco con muebles de madera en color oscuro o columnas de madera con puertas correderas de vidrio, dando más importancia a los útiles de cocina y al menaje, que se dejan a la vista en estanterías con barra que contrastan con otras partes del mobiliario que tienen puerta. En esta línea, la barra snack se deslocaliza y no tiene un lugar fijo dentro de la encimera, los muebles acanalados conviven con otros lisos, los muebles lacados en color azul, verde o negro comparten espacio con otros de madera, y los que incorporan tirador y los que no lo tienen no desentonan, sino que se completan. En definitiva, y según acabamos de exponer, no existe un modelo ganador, sino que hay diferentes variantes en función de la extensión, el gusto personal del individuo y la finalidad que se persiga en cada caso.
Fuente: Cocinas y baños – www.imcb.info